El buen negro, Adolfo Caminha

Adolfo Caminha, El buen negro, Trad., Luis Zapata, Pról., Alfredo Fressia, Quimera, Colec., Thélema, Núm., 4, México, 2008, 148 pp. ISBN: 978-607-00-264-9. Precio: 180 pesos.


Adolfo Ferreira Caminha (Aracatí, Ceará, 29 de mayo de 1867-Río de Janeiro, Brasil, 1 de enero de 1897). Fue poeta, cuentista y novelista. Quedó huérfano de madre a los 5 años. En 1883 llegó a Río de Janeiro e ingresó en la Marina Imperial. Durante una ceremonia, en 1884, frente al emperador Pedro II pronunció un discurso a favor de la República y contra la esclavitud. Regresó a la capital de su estado natal, Fortaleza, donde tuvo un romance con la esposa de un oficial de la Marina, y con ella tuvo dos hijas. Su primer libro de poemas, Vôos incertos apareció en 1886. Un año más tarde publicó dos libros de cuentos Judite y Lágrimas de um crente. Además fue autor de otros libros como A normalista (1893), No país dos ianques (1894), que escribió después de un viaje a Estados Unidos, y Tentação (1896). Colaboró en los periódicos Gazeta de notícias y O país, cuyos artículos después recopiló en Cartas literárias (1895). Fue uno de los principales autores del naturalismo en Brasil. Murió a los 29 años de tuberculosis.


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Una de las mayores virtudes de El buen negro consiste en algo que Adolfo Caminha logró descubrir o intuir: los homosexuales no son estereotípicos: nada más lejos de la figura lánguida y refinada de los personajes proustianos; nada más lejos de los hipersensibles e inteligentes protagonistas de las novelas de Forster y Gide; nada más lejos de los “jotos” del cine mexicano sesentero, que el negro Amaro, Bom-Crioulo: borracho, parrandero y jugador, pero también ingenuo, generoso, tierno, enloquecido por el amor.


-Luis Zapata


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